La odisea de las monedas
La Odisea de las monedas
La señora Celia poseia una bodega en la que vendia dulces y entre otras cosas que no recuerdo , los chocolates jet , las galletas de naranjas y de formas de animalitos sabor a vainilla, en fin todo tipo de chucherias que anhelabamos probar , como los rompemuelas que para ese entonces de valor tendrian un bolivar, y por la casa nosotros revoloteando como gallinas por doquier , buscabamos desesperadamente las monedas en los lugares mas reconditos , reuniendolas para comprar alguno de esos caramelos.
En aquellos dias cuando las monedas eran escazas como si a Dios no le hubiese dado tiempo de ponerlas donde siempre las encontrabamos , si tan solo se reunia , para comprar un solo dulce se compartia ente los tres hermanos , ya que mi hermana menor en ese entonces Camila apenas tenia unos nueve meses .
Entre nuestras travesuras mis hermanos y yo recogiamos las monedas desvaluada de hace ya varios años , que se encontraban siempre en el suelo debajo de unos pequeños arbustos, y lo llevabamos a las manos de la señora Celia , para que nos vendiera algunos de esos dulces tan ansiados , y entre carcajadas , la señora Celia, nos los regalaba , como si la ternura de esos pequeños inocentes , que ponian en su mano esas misteriosas monedas les proporcionara algún placer .
Todavia recuerdo el sabor de las recompensas , como los dulces de menta , o los rompemuelas que nuestra madre por temor a que nos ahoguemos , no nos dejaba comer por precaucion .
La señora Celia, un dia descubrio de donde provenian esas monedas tan pequeñas , color bronce y plata , y de hace tantos años que merecian ser de coleccion , y la magia de los dulces y las monedas que se conseguian con una sonrisa de inocencia , se acabaron.
La señora Celia poseia una bodega en la que vendia dulces y entre otras cosas que no recuerdo , los chocolates jet , las galletas de naranjas y de formas de animalitos sabor a vainilla, en fin todo tipo de chucherias que anhelabamos probar , como los rompemuelas que para ese entonces de valor tendrian un bolivar, y por la casa nosotros revoloteando como gallinas por doquier , buscabamos desesperadamente las monedas en los lugares mas reconditos , reuniendolas para comprar alguno de esos caramelos.
En aquellos dias cuando las monedas eran escazas como si a Dios no le hubiese dado tiempo de ponerlas donde siempre las encontrabamos , si tan solo se reunia , para comprar un solo dulce se compartia ente los tres hermanos , ya que mi hermana menor en ese entonces Camila apenas tenia unos nueve meses .
Entre nuestras travesuras mis hermanos y yo recogiamos las monedas desvaluada de hace ya varios años , que se encontraban siempre en el suelo debajo de unos pequeños arbustos, y lo llevabamos a las manos de la señora Celia , para que nos vendiera algunos de esos dulces tan ansiados , y entre carcajadas , la señora Celia, nos los regalaba , como si la ternura de esos pequeños inocentes , que ponian en su mano esas misteriosas monedas les proporcionara algún placer .
Todavia recuerdo el sabor de las recompensas , como los dulces de menta , o los rompemuelas que nuestra madre por temor a que nos ahoguemos , no nos dejaba comer por precaucion .
La señora Celia, un dia descubrio de donde provenian esas monedas tan pequeñas , color bronce y plata , y de hace tantos años que merecian ser de coleccion , y la magia de los dulces y las monedas que se conseguian con una sonrisa de inocencia , se acabaron.
Comentarios
Publicar un comentario